Una de las principales necesidades evidentes de los seres humanos es la educación. Más allá de a la formación en el sentido académico, sino respecto a aprender a vivir, educación para lo cotidiano. Nos urge, como sociedad y como individuos, conocernos y reconocernos para modificar las conductas que nos limitan y producen sufrimiento a quiénes nos rodean y a nosotros mismos. Las presiones económicas y sociales nos han absorbido de tal manera que nos hemos olvidado de vivir, y en lugar de ello nos limitamos a sobrevivir. Trabajamos sin disfrutar, comemos sin saborear, hablamos sin comunicar y transitamos por la vida aceptando y generando relaciones destructivas y dolorosas. Y lo peor de ello es que nos hemos acostumbrado y creemos que estamos determinados para continuar así. La buena noticia que nos trae esta obra es que nada nos obliga a vivir así y tenemos el derecho y la capacidad para cambiar nuestro destino.

La vida, como bien dicen Mirna Pineda y Clara Arenas, es sencilla.

Bendito el día que estas dos mujeres se encontraron. Aunque sus cunas estuvieron separadas por miles de kilómetros, fueron creadas con un ADN emocional, profesional y espiritual totalmente compatible, de hermanas, no de sangre, sino de la vida. Ese tipo de hermandad que no requiere lazos de apellido, sino de propósitos. Pocas veces encontramos en el mundo intelectual a colegas que puedan compaginar tan bien su trabajo, al grado de convertirse no sólo en compañeras de labores, sino en amigas de verdad. Tal es el caso de Clara y Mirna.

“El desafío de cambiar tu vida” no sólo es un alto en el camino para reflexionar sobre la vida, la felicidad, nuestras relaciones, el pasado, el presente, el futuro y principalmente, sobre nosotros mismos. Es más bien un taller de reparación y mantenimiento al que podemos recurrir para alinear y arreglar nuestra persona y entonces retomar el camino con otra perspectiva, nueva visión y herramientas para corregir cualquier desperfecto que surja en el resto de nuestra travesía.